Quería volar, pero
el precipicio frente a mí me daba miedo.
Comprometíendome conmigo mismo,
avanzaba y retrocedía repetidamente.
Lo que necesitaba era
no una apariencia convincente,
sino una mente sana y un valor firme en mi interior.
Lo que debía preocuparme era
no la mirada y el juicio de los demás,
sino la dirección que realmente deseaba mi corazón.
Simplemente quería ser una buena persona,
y me tambaleaba con el viento que soplaba al llegar a un acuerdo con el mundo.
Así perdí mi yo completo.
Tenía que vivir como yo mismo, no como un espectador o un personaje secundario,
sino como el protagonista.
Tenía que vivir con valentía como líder, no como un observador pasivo de mi propia vida.
No te esfuerces por ser bueno.
No te esfuerces por ser amado.
Tengo el derecho de elegir en la vida.
Puedo vivir como yo mismo.
Eso es todo.
-De 'Todo saldrá bien' ( '하는 일마다 잘되리라')
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